Sí, esa sensación que se siente cuando lo ves por primera vez, esos ojos que te cautivan, su mirada que se hace cómplice con la tuya, que cuando sonríe te hace sonreír, cuando no te mira tratas de hacer lo posible e imposible para que te vuelva a mirar, quieres acercarte pero no puedes, sientes cosquilleos en el estómago, no, no son mariposas, son brisas del viento que hacen sentir un nuevo aire en tu interior, sientes una nueva manera de ver la vida, las cosas, tu alrededor, tu gente, e incluso las mañanas se vuelven más maravillas y únicas cuando caes
Todos caemos, todos nos levantamos, otros prefieren quedarse en el suelo, otros buscan a otros para olvidar a los anteriores, otros quieren casarse, otros quieren divorciarse, otros quieren independizarse con los otros y los otros prefieren a larga distancia, otros se quedan muy solos y otros se quedan muy acompañados, otros miran las estrellas y otros cuentan los segundos que les quedan de vida, y otros pensamos… ¿qué es lo que quiero para mí?
Siento mucho por esta carta tan misteriosamente hablando, no tiene pies ni cabeza, pero es eso, lo que me refiero es que no existe, no, no es una adivinanza, no es una pregunta que tenga respuesta, no es una carta cualquiera, simplemente son pensamientos que pensamos cuando lo sentimos, cuando lo notamos en nuestro estómago, cuando existe otra razón de ser muy fuerte, el amor.
El buzón abierto.