lunes, 25 de julio de 2011

Carta 12: Ser

Anoche soñé que quería ser actor, que risa, me subía a un escenario y delante mía había un sala de un teatro lleno de personas desconocidas que se pusieron acuerdo a venir a este lugar. Antes de encenderse los focos, mientras yo estaba a oscuras observando a todas aquella multitud esperando a que empezara el espectáculo, a unos pocos segundos de que las luces aparecieran, de que poder realizar mi papel ante aquella gente, una mano se posó en mi hombro derecho y me empujó para atrás.

Las luces se encendieron y yo, caí a un vacío sin fondo, alejándome de aquel lugar del que yo me sentía bien, el escenario. Toco suelo. Con los ojos cerrados, los vuelvo a abrir, y observo mi alrededor.

Ahora estaba en una silla, en un lugar oscuro con una luz que me alumbraba desde por encima de mi cabeza, y un atril delante de mis pies con unas partituras, para clarinete. A mi derecha, un clarinete apoyado en su soporte me esperaba para dar rienda suelta a aquella partitura. Y así fue. Cogí el clarinete y me dispuse a tocar. Mientras tocaba, observando la partitura, se iba desapareciendo cada nota, cada compás y cada pentagrama de mis ojos.

Deje de tocar. Las partituras estaban totalmente vacías. No había nada. Una lágrima cae por mi mejilla derecha y bajo mis párpados hasta ver negro...

Cuando los vuelvo a abrir, miro, y miro, y observo, noto una brisa en mi nuca, noto el olor del mar, oigo olas saludando en la orilla de rocas. Estoy junto al mar. Una playa desierta, solo para mí, un amanecer de donde puedo ver el sol sin que me dañe la vista, unas gaviotas que acompañan al mismo ritmo que las olas y unas nubes que han extinguido del cielo. Me calma. Me relaja. Me hace pensar. Y pienso: "que foto más bonita me llevaría de este lugar". A mi izquierda, lo veo. Una cámara fotográfica. La cojo y miro de nuevo a la vista. "Chiquin" es el ruido que produce la cámara al realizar una foto.

Cuando miro a la cámara, no veo una playa. Me veo a mí. Soy yo el chico de la foto. Parezco feliz. Parece que he encontrado lo que quería. Lo que me realiza...Soy feliz al pensar que lo que anoche soñé, hoy se ha hecho realidad, y que pienso seguir luchando por lo que vivo y viviré, por un recuerdo tuyo y mío, una foto...



"Soñar,
lugar donde la realidad se confunde,
realidad,
donde los sueños se cumplen"

El buzón abierto.

viernes, 24 de junio de 2011

Carta 11: Créeme, no hablo de eso

¿Nos conocemos realmente? ¿Somos capaces de saber como somos? ¿Creemos creer que somos? ¿Soy lo que soy?

Preguntas y más preguntas que no nos hacemos todos los días, pero son de esas que nos vienen cuando estamos mal o muy reflexivos sobre cualquier tema o cosa. La gente se queja de “Gran Hermano” porque es un programa de sexo sin tapujos, maleducados que infectan a la sociedad, un grupo de personas de diversas culturas, edades y clases sociales que discuten, se enamoran, comen, mean, cagan, duermen, discuten, se enamoran, comen, mean, cagan, duermen, discuten,…y expulsados de la casa.

Ese momento, cuando vuelven a la vida real, que ya no tienen cámaras que los vigilen las 24 horas del día durante 3 meses, ese momento cuando vuelven a ver a sus familiares y amigos, ese momento de empezar a reflexionar todo lo vivido en esa casa, se ven, bajo la pantalla de un televisor, se ven, miran sus actuaciones y se ven, observan su vocabulario, sus ropas, sus conductas y se ven, miran como han interactuado con los demás y entonces, se ven, la realidad pura y dura de uno mismo, entonces, aparecen esas preguntas:

¿Nos conocemos realmente? ¿Somos capaces de saber como somos? ¿Creemos creer que somos? ¿Soy lo que soy?

Gran Hermano es más allá que un reality de un conjunto de hormonas, es una terapia de la realidad misma, de la vida de uno mismo, y así sin más, sin darte cuenta, te planteas el cambio de tu vida, o no.

Para creer hay que ver, ¿ no es así?, el experimento de la realidad de uno mismo es simplemente detenerte un instante en el espejo, y empezarás a verte de otra manera, entenderás que todo lo que pensabas de ti, ya no era lo que pensabas, si Gran Hermano es un programa basura, entonces, ¿ tú qué eres?. Plantéatelo.




“No hablo de Gran Hermano, hablo de tí”.


El buzón abierto.